El niño gigante

Un día un niño muy
grande llegó a un pueblo que le pareció un poco especial. Toda la gente era muy
pequeña. El niño tenía mucha hambre y le dieron de comer.
Como el niño no
encontró a sus padres en aquel pueblo, dio las gracias por la comida y ya se
iba a marchar para seguir buscando, cuando le dijeron que lo
que había comido costaba mucho dinero y que tendría que pagar por ello. Pero el dinero que tenía el niño no valía para
pagar en aquel pueblo.
Le dijeron que tendría
que trabajar para pagarles su comida. El niño contestó que él no sabía trabajar
porque era un niño. Le contestaron que era demasiado grande para ser niño y que
podía trabajar mejor que nadie porque era un gigante.
Así que el niño que
era muy obediente, se puso a trabajar. Como trabajó mucho le entró mucha hambre
y tuvo que comer otra vez. Y como estaba muy cansado tuvo que quedarse allí a
dormir. Y al día siguiente tuvo que trabajar otra vez para poder pagar la
comida y el alojamiento.
Cada día trabajaba
más, cada día tenía más hambre y cada día tenía que pagar más por la comida y
la cama. Y cada día estaba más cansado porque era un niño.
La gente del pueblo
estaba encantada. Como aquel gigante hacía todo el
trabajo, ellos cada día tenían menos que hacer.
En cambio, los niños estaban muy preocupados: el gigante estaba cada día más
delgado y más triste. Todos le llevaban sus meriendas y las sobras de comida de
sus casas; pero aun así el gigante seguía pasando hambre. Y aunque le contaron
historias maravillosas no se le pasaba la tristeza.
Así es que
decidieron que, para que su amigo pudiera descansar, ellos harían el trabajo.
Pero como eran niños, aquel trabajo tan duro les agotaba y además, como estaban
siempre trabajando no podían jugar, ni ir al cine, ni estudiar. Los padres
veían que sus hijos estaban cansados y débiles.
Un día los padres
descubrieron lo que ocurría y decidieron que había que castigar al gigante por
dejar que los niños hicieran el trabajo
pero cuando vieron llegar a los padres del niño gigante, que recorrían el mundo
en busca de su hijo, comprendieron que estaban equivocados. El gigante ¡era de
verdad un niño!
Aquel niño se fue
con sus padres y los mayores de aquel pueblo tuvieron que volver a sus tareas
como antes. Ya nunca obligarían a trabajar a un niño, aunque fuera un niño
gigante.
Texto de: Jose Luis
García Sánchez y M.A. Pacheco.
(Este cuento forma parte de la serie
Los Derechos del niño, cuentos dedicados a ilustrar los principios del decálogo
de los Derechos del niño proclamados por la ONU.)
Con
este cuento, padres e hijos podrán reflexionar acerca de los Derechos de los niños. Según la Declaración de los Derechos de
los niños, 'el
niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No deberá permitirse al niño trabajar antes de la edad mínima
adecuada...'. Guiainfantil.com les ofrece el cuento 'El niño gigante'.
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